6 de septiembre de 2010

Si Tom había aprendido algo, es que no se le podía atribuir una importancia cósmica a un simple acontecimiento terrenal. Casualidad. A eso se reduce todo. Nada mas que casualidad.
Tom por fin había aprendido que no existían los milagros, que no existía el destino, que nada esta predestinado. Lo sabia. Ahora estaba seguro de ello. Tom estaba... bastante seguro.