25 de octubre de 2010

"el bote de las cosas buenas"

Digamos que mi mundo interior es un bote. Un bote con cosas, pensamientos, sentimientos, personas... El bote puede estar medio lleno pero no medio vacio porque peligra quedarse sin esas cosas que tanto necesita.
 Actualmente se puede decir que estoy a medio llenar, puedo mantenerme pero no perder ningun elemento, o empezare a vaciarme.
 ¿Que que cosas necesita el bote?. Necesita "te quieros", necesita algun que otro "te echo de menos", consejos, oídos atentos, necesita críticos constructivos, proteccion, libertad, alegría, etc. Con todo eso estaria casi lleno pero para que este lleno del todo necesitaría muchas endorfinas, hormonas de la felicidad, de esas que solo pueden provocarse por reacciones químicas, esa droga natural que a todos nos aterroriza y nos hace sentir revoloteos en el estomago. Esa droga que es tan dificil de controlar pero que cuando se equilibra en el bote, se llena hasta el tope, hasta casi desbordarse.
 Pero hay que tener cuidado. Como toda droga, puede causar estragos, y tambien puede influir en las demas cosas del bote. No hay que dejar que eso pase.Hasta que se estabiliza causa revoluciones constantes. Pero como dicen, si te arriesgas, ganas. Ahora si, lo difícil es encontrarla. 
¿Que que pasa cuando esa droga desaparece? El bote se queda medio vacio, con mono, pero hay muchas cosas que pueden volver a llenarlo..

23 de octubre de 2010


Vuelve a confirmarse. Llega el frío, y con el frió, las casualidades. Casualidades. Curiosidades. Coincidencias. Encontronazos. Encuentros. Reencuentros. Recuerdos. Olvidos. Sentimientos encontrados. Sentimientos olvidados. Consciencia. Inconsciencia. Cambios, sobre todo cambios. LLega el frío y todo llega de golpe, todo se acelera. No solo las cosas, sino los órganos. El corazón va a cien por hora. Hay que tener los cinco sentidos alerta.

18 de octubre de 2010

Cada corazón es una célula revolucionaria.

15 de octubre de 2010

22 cosas que me gustan de ella...

Ayer una de mis chicas favoritas cumplió 22 años, y seguro que encuentro 22 cosas que me gustan de ella: su bondad; lo despistada que es; que eres incapaz de enfadarte con ella; la cara que pone cuando la ha liado; si risita picarona; y su sonrisa ; su sinceridad; su olor a nenuco; y a vainilla; su pelo fino; su forma de abrazar; su pollo a la carbonara; su interés al ver una película; sus mofletes cuando se sonroja; su cara de vergüenza; sus detalles; cuando algo le recuerda a ti y te lo dice; sus deditos, tan pequeños y finos; su generosidad, sus "soluciones practicas a tus problemas", cuando te coge por los hombros para bailar una canción; cuando pone voz de desfasada; y su manera de escuchar y comprender. Ya he mencionado 22 cosas, pero seguiría hasta hacer una lista interminable.

Te quiero Bolly mía! :)

12 de octubre de 2010

Ya hace algunos siglos que he empezado a sospechar, que he caído sin quererlo en tu gravedad...


y no hay manera humana de escapar.

10 de octubre de 2010

Me encantan las tarde de Domingo en casa, y más cuando es con vosotros.
10/10/10, un día redondo...

2 de octubre de 2010

La gente no sabe amar. Muerde en vez de besar y abofetea en vez de acariciar. Puede que sea porque se da cuenta de lo fácil que es que el amor salga mal. De repente se vuelve imposible, impracticable, un ejercicio de inutilidad. Así que lo evita y busca consuelo en la angustia, el miedo o la agresividad, que siempre están ahí y son accesibles. Y puede que sea porque no se dispone de suficiente información.
La ira y el resentimiento pueden enturbiar tu cerebro. Eso lo sé ahora. No necesitan mucho para mostrarse, salvo la vida que consume y extingue. No obstante la ira, es algo muy real. Incluso cuando solo es indignación, puede cambiarte, transformarte, moldear y darte la forma de algo que no eres. Por eso el único lado positivo de la ira, es la persona en la que te conviertes. Con suerte, puedes despertar un día y darte cuenta de que no tienes miedo en tu viaje y que sabes que la verdad es como mucho, una historia parcialmente relatada. Porque la ira, como todo en la vida, viene a rachas. Y cuando la dominas, su estela deja una nueva oportunidad de aceptarte como eres y la promesa de tranquilidad.

Aunque claro, ¿qué sé yo de todo eso? Sólo soy una niña